lunes, 26 de marzo de 2012

El Uso de Diezmos ...

El Uso de los Diezmos y Ofrendas en la Iglesia

DIFERENCIA ENTRE IMITACIÓN Y REVELACIÓN
Debo decirles que muchas veces practicamos en el evangelio muchas cosas que son bíblicas y nos bendicen, pero dichas prácticas las hacemos por imitación, no es malo pues Pablo dice: 1Cor. 11:1 Imitadme a mí, como yo imito a Cristo.

Son los niños los que tienden a imitan a sus padres, y demás preceptores hasta que llegan a la madurez, los niños hacen todo por imitación mientras que los hombres conforme van madurando y experimentando en la vida van haciendo las cosas por revelación. Es decir, Dios nos habla y nos muestra las razones de cada punto doctrinal que practicamos, y es ahí donde le damos más valor a las cosas y de verdad las disfrutamos. Así puede pasar con el uso del velo en la mujer, el asistir a la iglesia, orar, ayunar, leer la Biblia, el servicio, EL DIEZMAR Y OFRENDAR, etc. El maduro ya no ejecuta las cosas por imitación, mucho menos por una imposición, costumbre, o por agradar a  hombre o institución, los maduros hacen las cosas por revelación.

La revelación es la gracia mediante la cual Dios, a través de su Santo Espíritu nos muestra y enseña personalmente su voluntad, descorre el velo que oculta las razones de cada mandamiento, y nos explica toda su Palabra a nuestro espíritu.

Así en nuestra etapa infantil espiritual podemos danzar por imitación, pero en la madurez el Espíritu nos revela el propósito de la danza,  y entonces lo hacemos por revelación, con entendimiento. Sabemos las razones de dicha práctica y entonces la saboreamos mejor, Ef. 1:17 Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, os dé el Espíritu de sabiduría y de revelación.

En el evangelio cuando hacemos cosas por imitación es porque estamos en la etapa de infancia espiritual, hasta que vamos madurando, y en la madurez cristiana las cosas ya no se hacen por imitación sino por revelación.

1Cor. 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.

Cuando llegamos a la iglesia de Cristo oímos del diezmo y de ofrendas, y lo practicamos regularmente porque todos lo hacen, quizá hasta escuchamos temas con sus bases Bíblicas, es así como se va practicando; pero en el tiempo del Señor Él nos revela personalmente la bendición de dar, de aportar para la obra de Dios, y a la vez de la forma de recibir de su mano la cosecha de nuestras siembras, es ahí entonces donde el dar cobra deleite, la obediencia y la práctica se transforma en amor, y ya nada puede arrancarnos la bendición de despojarnos para que en la obra de Dios haya abundancia. Pues la revelación seduce, enamora, produce gozo, y deleite.

DE QUIÉN SOMOS
Para comenzar debemos reconocer que nosotros no nos pertenecemos a nosotros mimos, somos una raza que fue vendida por su padre Adán al reino de las tinieblas, Rom. 7:14  Porque sabemos que la ley es espiritual;  mas yo soy carnal,  vendido al pecado.

Así la raza humana vino a ser un esclavo del tirano diablo, que a la manera del hacendado de la parábola del hijo pródigo, ni para las algarrobas aportaba. Esta parábola nos habla del que tiene y no lo disfruta (hermano del pródigo) y del que vive en quiebra financiera (el pródigo).

Cuando Dios nos vio esclavizados, movido a compasión, paga el precio de nuestro rescate, a través de la sangre de Jesucristo, y nos propone la solución. De tal manera que quien le entrega su vida a Jesucristo se convierte en un esclavo por amor del quien lo compró.

Entonces no nos pertenecemos a nosotros mismos, pues somos propiedad de quien nos compró, con precio de sangre, 1Cor. 6:19  ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,  el cual está en vosotros,  el cual tenéis de Dios,  y que no sois vuestros?

Si no somos dueños de nosotros mismos, sino que somos propiedad de Él, todo lo que poseemos es de Dios, y nada es nuestro, la familia, los bienes materiales, trabajo, espíritu, alma y cuerpo, son de Él.

QUE ES EL DIEZMO EN LA GRACIA
Todo lo que nosotros tenemos es de Dios, aún la tierra es de Él, Sal. 24:1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo,  y los que en él habitan.

Luego entonces nosotros y todo lo que poseemos es de El. Así cuando aportamos algo, lo que damos al fin y al cabo viene a ser algo que es de El y no de nosotros.

1Cro. 29:14  Porque  ¿quién soy yo,  y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes?  Pues todo es tuyo,  y de lo recibido de tu mano te damos.

De todo lo que viene a nuestras manos, el nos regala el noventa por cierto para que podamos usarlo para nuestras necesidades terrenales. Pero nos pide que el diez por ciento se lo devolvamos.

Entonces Dios es el que nos enseña a dar más que recibir, pues el solo pide el diez por ciento para El, y nos aporta, nos regala, por que el siembra en nosotros el noventa por ciento de lo que es de Él. Esperando que con ese noventa por cierto seamos buenos administradores y productivos, ya que con este dinero debemos no solo gastar sino crear activos. Los activos son medios para seguir produciendo más.

Por eso cuando diezmamos le devolvemos a Dios el diez por ciento de lo que llega a nosotros.

El diezmo no es una siembra, es obediencia y honradez; sencillamente es darle a Dios lo que es de Dios. Y a pesar de esto el bendice al que diezma porque Dios siempre premia la obediencia. Y en este caso Dios garantiza el pan en la congregación, abre las ventanas de los cielos hasta que sobreabunde y reprende al devorador por nosotros.

Así que diezmar no es darle un favor a Dios, ni un tributo o impuesto: es sencillamente devolverle lo que le pertenece.

Apropiarse del diezmo entonces es quedarse con algo que no es nuestro y no nos lo está regalando, u otorgando; por eso el Señor le llama ladrón al que no diezma. Pues se apropia indebidamente de la parte que Dios se reserva, Mal. 3:8   ¿Robará el hombre a Dios?  Pues vosotros me habéis robado.  Y dijisteis:   ¿En qué te hemos robado?  En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición,  porque vosotros,  la nación toda,  me habéis robado.

Así que el diezmo no es un impuesto, el diezmo es la parte de Dios que le devolvemos voluntariamente.

¿A QUIEN SE LE DIEZMA?

1. EN LA LEY SE DIEZMA A HOMBRES MORTALES
En el antiguo testamento el diezmo se le daba a los sacerdotes, los sacerdotes eran nacidos en una de las doce tribus de Israel, llamada LEVI. De la descendencia de Aarón.

A ellos se les diezmaba, porque cuando Josué repartió la tierra de Canaán, se les dio porción de tierra a once de las doce tribus que componía la nación de Israel. Excluyendo a la tribu de Leví. A ellos no les repartieron tierra.

La razón era muy sencilla y bendita, Jehová dijo: Ez. 44:28  Y no habrá para ellos heredad; yo seré su heredad,  pero no les daréis posesión en Israel;  yo soy su posesión.

Dios mismo era su porción, su heredad, aleluya.

Al no tener posesiones terrenales Jehová dejó que ellos vivieran de los diezmos, ofrendas, oblaciones, sacrificios, primicias de granos y frutos y  de ganado, etc. Heb. 7:5  Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio,  tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley.

2. EN LA GRACIA SE DIEZMA AL SUMO SACERDOTE MELQUISEDEC, INMORTAL
Desde que Jesucristo resucitó, el sacerdocio de los levitas quedó suprimido, se levantó una nueva orden sacerdotal, ya la cabeza no es Aarón, hermano de Moisés hombre mortal.

El nuevo sumo sacerdote es Jesucristo, del orden de Melquisedec. Y es a Él a quien diezmamos.

Heb. 5:4  Y nadie toma para sí esta honra,  sino el que es llamado por Dios,  como lo fue Aarón. 5  Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote,  sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo,  Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres Sacerdote para siempre,  Según el orden de Melquisedec.

Hoy por hoy Jesucristo es nuestro sumo sacerdote. Y de la manera que en Aarón cuando fue el sumo sacerdote, se le ordenó compartir  con los ministros que estaban bajo su cobertura, el comer, vivir y disfrutar de los diezmos y ofrendas. Así al sumo sacerdote Melquisedec, se le ordena que comparta los diezmos con los sacerdotes, ministros de El, que estamos bajo su cobertura. Es a saber los cinco ministerios primarios.

Hoy se diezma a Jesucristo, no a los ministros. Heb. 7:8  Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales (ley);  pero allí,  uno de quien se da testimonio de que vive (gracia).

Pablo hace mención del tiempo de Abraham, quien era un ministro apostólico del tiempo patriarcal, que diezmó muchos años antes que se levantara el sacerdocio de la ley, el sacerdocio Aarónico.

Y diezmó al sacerdote Melquisedec. Por eso Abraham es el mejor ejemplo de diezmo para nosotros que hemos sido constituidos hijos de Abraham por la fe ya que nosotros al igual que Abraham le diezmamos a Cristo. Jn. 8:38  Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham.  Jesús les dijo: Si fuerais hijos de Abraham,  las obras de Abraham haríais.  Los que somos hijos de Abraham hacemos las obras de Abraham y una de sus obras fue diezmar al sacerdocio de  Melquisedec.

JESUCRISTO COMPARTE LOS DIEZMOS CON SUS MINISTROS
Y es Jesucristo, el sumo sacerdote actual quien nos otorga a los ministros de Él, el derecho de vivir económicamente de los diezmos, 1Cor. 9:14  Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio,  que vivan del evangelio.

Por eso los ministros vivimos de los diezmos. Es un dinero que se recibe para que la familia sacerdotal pueda vivir con decoro en la tierra. Evitando la ostentación.

Dios no se opone a la vida abundante de un ministro, se opone a la ostentación.

La ostentación es relativa al lugar donde se vive. Así un reloj Rolex puede ser ostentoso en una comunidad de gente muy pobre, pero no puede ser ostentoso en una congregación donde todos usan uno de esa marca. La ostentación es hacer sentir mal a otro con la misma abundancia que Dios nos ha dado.

NOTAS GENERALES

1. Abraham diezmó, y todos los hijos de Abraham hacemos lo que Abraham hizo, pues los hijos se parecen a los papás, por tal motivo los hijos de Abraham diezmamos, Jn. 8:39  Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham.  Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham,  las obras de Abraham haríais.

2. Hay tres formas de diezmar en la Biblia: la primera es por conveniencia, eso le pasó a Jacob, quien quiso negociar con Dios, desde luego antes de tener un Peniel. Es dar por interés. La segunda la vemos con  Moisés quien diezmó por obligación, ya que vivó el tiempo de la ley y de la coerción. Y la tercera la vemos en Abraham nuestro padre, quien no dio por interés ya que Dios ya lo había bendecido, ni por obligación ya que no había ley en tablas en su tiempo, sino que dio por amor.

En este tiempo se busca esposa para el Cordero, por tal razón todo lo que haga la iglesia de Cristo (de donde sacan esposa para el Hijo), lo debe hacer enamorada y por amor.

3. Abraham diezmó al sacerdote luego de que recibió del sacerdote pan y vino. Esto prueba que uno debe diezmar al ministro que nos da la palabra revelada, ya que el pan es figura de la bendita palabra de Dios.

4. El que diezma prueba que tiene llenura del Espíritu Santo, y doctrina del cielo, ya que eso representa el vino, llenura del Espíritu. Por eso el que tiene llenura de El, diezma sin reparo.

Aparte de las manifestaciones carismáticas-pentecostales que tenemos los que conocemos la llenura del Espíritu Santo, probamos la llenura del Espíritu por la liberalidad.

5. El diezmo es del Señor, y el otorga los diezmos para que los ministros de Jesús gocen de los mismos,  por tal razón ninguna persona laica debe administrarlos, o repartirlos a su propia discreción. Los diezmos deben llevarse a la congregación donde recibimos visitación de Dios, donde comemos la palabra y es el pastor local el que los administra, Det. 12:11  Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre,  allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos,  vuestros sacrificios,  vuestros diezmos,  las ofrendas elevadas de vuestras manos,  y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.

6. Abraham era un ministro del Shadai, y siendo ministro diezmó a otro ministro superior. Esto prueba el diezmo de diezmo, donde  todos los ministros deben diezmar a los apóstoles que a la manera de Melquisedec otorgan el pan, figura de la palabra y el vino, figura de la llenura del Espíritu Santo.

Si un pastor o ministro trabaja en lo secular debe diezmar al apóstol que lo cubre. Y diezmar de los diezmos recibidos.

Aún dentro de los ministerios apostólicos hay jerarquías de acuerdo al nivel revelativo, o sea que la revelación es la que determina la jerarquía; cuando Lucas se refiere a la pareja: Bernabé y Pablo antes de hechos trece es decir antes de ser enviados se mantiene este orden primero mencionan a Bernabé y luego a Pablo, Hech. 11:30  lo cual en efecto hicieron,  enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y Saulo.

Hech. 12:25Y Bernabé y Saulo,  cumplido su servicio,  volvieron de Jerusalén,  llevando también consigo a Juan,  el que tenía por sobrenombre Marcos.

Después de éste llamado, la mención cambia, primero ponen a Pablo y luego a Bernabé, pues el Espíritu nos aclara que la jerarquía la establece el nivel de revelación. Hech. 13:46  Entonces Pablo y Bernabé,  hablando con denuedo,  dijeron:
Hech. 13: … y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites.


NOTAS FINALES

De los diezmos recibidos el pastor debe diezmar al apóstol que le cubre

El diezmo es administrado por el pastor local, con supervisión del  apóstol o sus delegados a través de los libros contables.

El diezmo es para que la familia pastoral viva con decoro supliendo todas sus necesidades.

El Señor va levantando ministerios locales que  ayudan al pastor a  las tareas ministeriales, es del diezmo que se toma para los sacerdotes ministros de Jehová y ayudas a tiempo completo. La cantidad salarian que se va a dar a la ayuda debe ser justa, recordemos que Dios es un Dios Justo.

Como el ministro no tiene la mirada en el dinero, se conforma con lo que la iglesia puede dar al principio sin presionar a la gente a dar, solo hay que enseñar pero nunca imponer. Conforme las obras van creciendo, desde luego va creciendo  los ingresos de la iglesia y así va estabilizándose también cada día la economía de los ministerios.

Nunca debe pensar el ministro en ganar más almas para que suban sus ingresos desvirtuando el verdadero sentir del evangelismo que consiste en salvar almas del infierno y reconciliarlas con el Padre.

Gracias a Dios la misión Ven Señor Jesús es respetuosa de la ley por ende debe llevarse una contabilidad clara ante las autoridades, esto también obliga a las iglesias a llevar un orden administrativo interno, por eso siempre se llena un recibo por el dinero mensual recibido. Recordemos que  Dios es un Dios de orden y en las iglesias debe existir tal orden con libros contables para que nunca nuestro ministerio sea vituperado.

Por ningún motivo: ni el pueblo, ni los ancianos ponen un salario al pastor, ya que el pastor quedaría a expensas del servilismo de la iglesia, quedando como siervo de los hombres y no de Dios.

El pastor no le da cuentas a los ancianos, ni al pueblo de lo recibido, ni de las ofrendas, un padre nunca le rinde cuentas a sus hijos de la administración financiera, pero en todo caso como no hay nada que esconder los libros contables deben estar siempre listos y al día para cualquier revisión mal intencionada.

Recordemos que en la contabilidad ordenada hay que guardar las facturas, notas o comprobantes de los gastos que la iglesia tiene.

Para la supervisión financiera hay  supervisores en misión Ven Señor Jesús, llamados delegados apostólicos; ellos están facultados para supervisar y así como testigos dar fe del buen manejo financiero cuando esto se requiera o directamente con el apóstol en sus visitas.

Los delegados apostólicos no son apóstoles, son hombres prudentes y de confianza que hacen tareas asignadas por el apóstol y conocen de la materia financiera, de esta forma siempre la credibilidad y honestidad del ministro está respaldada, ante cualquier murmuración o difamación al ministro.

Para tal efecto deben habilitarse dos libros uno de diezmos y otro de ofrendas, y dar un reporte trimestral de dichos libros. Tenerlos a la vista del apóstol o de los delegados cuando estos se requieran.

En lo personal no estoy en contra que el ministro viva con decoro, porque Dios es un Dios de prosperidad, y tengo bien claro que todo lo que ordenó al pueblo de Israel para aportar a los ministros fue con el fin de que ellos no pasaran ningún tipo de escases económica.

PROFUNDIZEMOS UN POCO MÁS EN LA OFRENDA
Con todo lo expuesto anteriormente, entendemos que Dios nos otorga el poder gozar de todo lo que nos llega a nuestras manos el 90%; convirtiéndose entonces en el 100% disponible para nuestras necesidades. Ya que el diez por ciento de toda la masa es lo que se reserva para El, para que sea disfrutado por los ministerios primarios.

LA ACTITUD DEL DADOR
De lo que nos queda, nosotros debemos darle a Dios, por amor a Él y a su obra la ofrenda, que consiste en la cantidad que nuestro corazón y gratitud tenga hacia Dios.

En la ofrenda no hay porcentaje establecido eso lo establece nuestro corazón, 2Cor. 9:7  Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza,  ni por obligación,  porque Dios ama al dador alegre.

Aquí se puede ofrendar todo como lo hizo la viuda, que dio las dos blancas que era todo su sustento, o como la viuda con Elías que le dio todo lo que le quedaba en la vasija. O solamente una parte.

Nadie debe dar como lo menciona el versículo anterior con tristeza, creyendo que Dios lo está despojando para empobrecerlo, todo lo contrario, del noventa por ciento que Dios nos dejó, nos permite tener dos bendiciones. La primera es para satisfacer nuestras necesidades económicas 2 Cor. 9:8  Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia,  a fin de que,  teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,  abundéis para toda buena obra; y la segunda bendición es darnos semilla para que sembremos en su obra, o sea en su Reino, 2 Cor. 9:10  Y el que da semilla al que siembra,  y pan al que come,  proveerá y multiplicará vuestra sementera,  y aumentará los frutos de vuestra justicia, de acuerdo a lo que sembremos en esta segunda parte será la cantidad de lo que vamos a cosechar 2 Cor. 9:6  Pero esto digo:  El que siembra escasamente,  también segará escasamente;  y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

Porque Dios ama al dador alegre: Esto es arrollador, pues la tradición nos dice que Dios ama a todos, y eso es cierto en el sentido de la salvación, y por eso el evangelio de Juan dice que habiendo amado a TODOS, dio a su Hijo. Pero de los salvos su amor está con los que saben dar, no por interés o por obligación, mucho menos por presión, sino por gratitud y amor.


A QUIEN SE LE DEBE OFRENDAR

HAY QUE OFRENDAR PARA EL SUSTENTO DEL SANTUARIO DONDE NOS CONGREGAMOS
De las ofrendas voluntarias, que por cierto debería rebasar el diezmo, porque aquí no hay cuota fija como en el diezmo, sino que la cantidad la establece el corazón agradecido, debe tomarse para el mantenimiento de los locales donde nos congregamos, es decir pago de luz, agua, teléfono, Internet, pago de secretaría, compra de mobiliario y equipo de sonido, gasolina de vehículos de la iglesia, etc. Y también se toma para las compras que la obra necesita como el mobiliario, equipos de amplificación, instrumentos, terrenos, construcciones, etc.

HAY QUE OFRENDAR A LOS SANTOS QUE ESTAN PASANDO NECESIDES ECONÓMICAS
Mcs. 14:7  Siempre tendréis a los pobres con vosotros,  y cuando queráis les podréis hacer bien… El Señor establece que entre nosotros van a haber necesitados a quienes a través de la ofrenda podemos bendecir. Es una semilla de amor al cuerpo de Cristo, ya que el que da a un pobre de la iglesia le da a l cuerpo de Cristo pues la iglesia es su cuerpo, Jesús lo dijo así: Mt. 25:35  Porque tuve hambre,  y me disteis de comer;  tuve sed,  y me disteis de beber;  fui forastero,  y me recogisteis;  estuve desnudo,  y me cubristeis;  enfermo,  y me visitasteis;  en la cárcel,  y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,  ¿cuándo te vimos hambriento,  y te sustentamos,  o sediento,  y te dimos de beber?   ¿Y cuándo te vimos forastero,  y te recogimos,  o desnudo,  y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo,  o en la cárcel,  y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey,  les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeñosa mí lo hicisteis.

HAY QUE APORTAR  A LOS PADRES Y SUEGROS
Mcs. 7:11  Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir,  mi ofrenda a Dios)  todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido.  Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. No nos olvidemos de loa actos de justicia para con nuestros padres, que han envejecido, aportando para el sustento de ellos de acuerdo a nuestras posibilidades.

Regularmente la mayoría de esposas no trabajan, es entonces que  los esposos debemos aportar para que nuestras esposas ofrenden a sus padres, y así sembrando en amor y justicia obtengamos una abundante cosecha.


HAY QUE APORTAR A LOS POBRES
Prov. 19:17  A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho,  se lo volverá a pagar.


NOTAS FINALES

EL DIEZMO ES UN APORTE DE MELQUISEC A LOS MINISTROS PRIMARIOS, MIENTRAS QUE LA OFRENDA ES UN SIEMBRA DEL PUEBLO CON PROMESA DE BENDICIÓN.

Amados pastores y ministros de Ven Señor Jesús espero que esto le sirva para poder seguir recibiendo bendición de parte Nuestro glorioso Señor, quien es el que establece órdenes para el funcionamiento de su  iglesia.

Cuando los diezmos que uno de pastor local recibe, son suficientes para el sustento de nuestras necesidades, entonces podemos compartir el diezmo local con otros ministros que Uds. llamaran con la guianza del Espíritu Santo a que trabajen a tiempo completo en la predicación de la Palabra, estableciéndoles a ellos un salario de acuerdo a la capacidad de lo que ud. recibe de los diezmos. Y así los diezmos son de uso para los ministros primarios, a saber apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.

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